domingo, 26 de abril de 2009

Génesis 1,2

--En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz.
Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;
y llamó Dios a la luz "día", y a la oscuridad la llamó "noche". Y atardeció y amaneció: día primero.
Dijo Dios: "Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras."
E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.
Y llamó Dios al firmamento "cielos". Y atardeció y amaneció: día segundo.
Dijo Dios: "Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco"; y así fue.
Y llamó Dios a lo seco "tierra", y al conjunto de las aguas lo llamó "mares"; y vio Dios que estaba bien.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra." Y así fue.
La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien.
Y atardeció y amaneció: día tercero.
Dijo Dios: "Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años;
y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra." Y así fue.
Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas;
y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra,
y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
Y atardeció y amaneció: día cuarto.
Dijo Dios: "Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste."
Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien;
y los bendijo Dios diciendo: "sean fecundos y multiplíquense, y llenen las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra."
Y atardeció y amaneció: día quinto.
Dijo Dios: "Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie." Y así fue.
Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien.
Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo Dios: "Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla; manden en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra".
Dijo Dios: "Vean que les he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para ustedes será de alimento.
Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento." Y así fue.
Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto.


Se concluyeron, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,
y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.--


Es un rélato muy épico, simple, que en una realidad indemostrable representa un susurro de paz a una conciencia envuelta en un silecio oscuro y lleno de temores que suena demasiado a confusión.

Me gusta este pasaje, aunque no estoy de acuerdo con él muchisima gente si, y es algo a repetar y tener en cuenta. Vale la pena leerlo y meditarlo un poco.

Te lleva dos mil años atrás.