Mucho tiempo atrás y desde que se tomo cierta conciencia los mortales no preguntamos, ya de forma mas reflexiva, que sucede después de nuestras vidas. Una incógnita sin resolver, motor de promesas de muchas religiones y creencias, nuestra mayor incertidumbre y duda en vida.
Se ha prometido durante siempre y desde incontables voces un mundo mágico mas allá del nuestro donde podemos estar y habitar en presencia de todos aquellos que nos dejaron, siendo gobernados por dioses a los que tenemos que adorar para llegar. La tendencia mas "científica" es pensar que si no se puede demostrar, no es/está, y por lo tanto el desarrollo religioso de la cuestión no tiene ni pies ni cabeza.
Pero lo cierto es que si bien las creencias religiosas no han sido capaces de demostrar que exista ese lugar, los métodos científicos (no contando con postulados) tampoco han demostrado que no exista y esto nos posiciona en una incógnita absoluta, en un camino inevitable lleno de dudas y miedos.
Extrapolando ambas tendencias, me fijo en lo increíblemente radicales que son: o si, o no. Me lleva a pensar que quizás lo mas razonable sea equilibrar y razonar una idea mas estable. Quizás existe si tu crees que existe, quizás sea literálmente como tu crees que debe ser. Es decir, si yo creo que después de mi vida habitare para siempre en un lugar/situación igual que mi vida actual, quizás vaya de alguna forma a ese lugar y camine una vida similar a la que tengo ahora.
Esto le da cierta profundidad moral a mi destino porque yo sin saber que existe la posibilidad de elegir mi elisio personal, en el umbral de mi muerte siento y me arrepiento de ser alguien malvado que debe ser castigo, puede que sea yo mismo quien destine mi existencia a mi propio castigo, por mi propia voluntad.
Quizás seas tu propio dios, tu decides tu camino.
Eve no Jikan
Hace 14 años